Viernes 31 de mayo de 2013.
Querido diario:
Esta aventura no está contada día a día por que ha sido un viaje inesperasdo:

-Bueno, ya está. Te estaba esperando.- Dijo el extraterrestre.
Yo le miré algo asustado.
-No pasa nada.- Siguió tranquilizándome.- Creo que ya conoces a Croaldo, mi rana.
- S...si.- Dije inseguro.
Esa rana era extraña, por que se sentó en una silla, y apollando sus brazos sobre la mesa reluciente, empezó a sonreir.
- Yo me llamo Calemaón, ¿y tú?
- Da...Daniel. Tam...también... m... me llaman... Dani. - dije asustado y tartamudo. Aunque se me empezaba a quitar el miedo.
Unos golpes a la puerta interrumpieron la conversación. Entraron rápidamente los P.A (Policía Alienígena) para hacer un C.D.H (Control De Hogares). Empezaron a revisar esquina por esquina. De repente, se detuvieron ante mí y se pusieron a mirarme:
-¿Y esto qué es? ¿Un marciano?- Dijo uno de los P.A.
-¡Eh! ¡Yo no soy una cosa o un marciano! Soy una persona.- Dije molesto.
Todos los Policías Alienígenas se echaron a reir. Se dieron media vuelta y se fueron.
- ¿Quienes eran? - Dije extrañado.
- La Policía Alienígena. La P.A. Vienen a registrar todas las casas, a hacer un C.D.H (Control De Hogares), a ver si están todas en orden.
- ¿Hay aquí algún problema?
- Supongo que no...
-¿Qué quieres decir con supongo?
- No lo sé...
- ¿La...?
- Oye, ¿tú no haces muchas preguntas? - Interrumpió Calemaón.
- Puede... ¿Me puedes contar algo sobre tu planeta?

-Bueno, no pasa nada.
- ¡Mira qué hora es! Vamos a cenar.
- ¿Ya?
- Si, ya.
- Si cuando entré por el agujero todavía no había comido...
- A tí te a parecido que ha durado segundos, pero ha durado horas
- Aaahhh...
- Ahora tomate estos caramelos.
- Vale.
Y tras decir esto, me los tomé. Sentí como mi estómago se llenó y ya no tenía más hambre. Se fue del tirón a la cama.
Al día siguente, me despertó Croaldo porque no paraba de croar. Tenía hambre, ví en la mesita de noche los mismos caramelos que me tomé ayer, estaban muy ricos, así que no pude evitar comérmelos. Nos fuimos de paseo durante muco tiempo y me explicó muchas cosas. Finalmente me llevó a una pared, abrió un agujero rojo y me dijo:
-Lo que ha pasado aquí, no se lo cuentes a nadie. - Me abrazó y yo a él.
- Adiós. - Le dije sin ganas.
Él me miró con ojos de lástima y me lanzó por el agujero rojo.

Fmd:
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