Viernes 31 de mayo de 2013.
Querido diario:
Esta aventura no está contada día a día por que ha sido un viaje inesperasdo:
Me disfracé de un científico loco muerto. Iba la fiesta de disfraces de un cumpleaños. Estábamos jugando al escondite cuando una rana se cruzó por mi camino. Fui detrás de ella cuando se detuvo. Se abrió ante ella un agujero verde y ella saltó. Yo intenté parar, pero el suelo estaba muy resbaladizo y no pude frenar, así que entré sin querer en ese
estraño agujero. Una vez en el otro lado, todo estaba oscuro,la rana permanecía a mi lado. Millones de ojos brillantes me miraban, unos asustados, otros alegres, otros extrañados...etc Y de todos los colores. Me llamaron mucho la atención unos turquesas que se acercaba a mí rápidamente, llegó un momento en el que una mano áspera me tocó la mía y daba la casualidad de que aquellos ojos turquesas estaban cerquísima de mi. Esos se dieron media vuelta y la mano me llevó a rastras por el suelo. Entramos en un sitio y de repente, un ruido muy escandaloso me hizo pegar un brinco del susto. Entonces, me di cuenta, porque miré por la ventana, que ese oscuro lugar se convirtió en una pequeña ciudad con muchos extraterrestres iguales. Solo cambiaban en el que las hembras tienen la piel de color más claro que los machos, ellas eran más delagadas que ellos y se diferenciaban de unos de otros en que cada uno tiene la cara de un animal. En general, son bajitos y anchos, de diferentes colores, hablaban en Castellano. Los niños y las niñas son una pelota peluda que andaban dando saltos. El que me cogió era morado oscuro, con los ojos turquesas. Tenía cabeza de un calamar. En la foto que le he sacado parece
alto, pero en realidad es muy bajito. La rana se retiró de mi lado y se fue junto al marciano:
-Bueno, ya está. Te estaba esperando.- Dijo el extraterrestre.
Yo le miré algo asustado.
-No pasa nada.- Siguió tranquilizándome.- Creo que ya conoces a Croaldo, mi rana.
- S...si.- Dije inseguro.
Esa rana era extraña, por que se sentó en una silla, y apollando sus brazos sobre la mesa reluciente, empezó a sonreir.
- Yo me llamo Calemaón, ¿y tú?
- Da...Daniel. Tam...también... m... me llaman... Dani. - dije asustado y tartamudo. Aunque se me empezaba a quitar el miedo.
Unos golpes a la puerta interrumpieron la conversación. Entraron rápidamente los P.A (Policía Alienígena) para hacer un C.D.H (Control De Hogares). Empezaron a revisar esquina por esquina. De repente, se detuvieron ante mí y se pusieron a mirarme:
-¿Y esto qué es? ¿Un marciano?- Dijo uno de los P.A.
-¡Eh! ¡Yo no soy una cosa o un marciano! Soy una persona.- Dije molesto.
Todos los Policías Alienígenas se echaron a reir. Se dieron media vuelta y se fueron.
- ¿Quienes eran? - Dije extrañado.
- La Policía Alienígena. La P.A. Vienen a registrar todas las casas, a hacer un C.D.H (Control De Hogares), a ver si están todas en orden.
- ¿Hay aquí algún problema?
- Supongo que no...
-¿Qué quieres decir con supongo?
- No lo sé...
- ¿La...?
- Oye, ¿tú no haces muchas preguntas? - Interrumpió Calemaón.
- Puede... ¿Me puedes contar algo sobre tu planeta?
- ¡Por supuesto! ¡Faltaría más! ¿Por dónde empiezo...? ¡Ajá! Nuestro planeta es muy parecido al vuestro, solo que cambian algunas cosillas, como que es un planeta plano, tiene dos lunas y tres soles y giran al rededor nuestra. En nuestra Historia nunca ha habido guerras, todo lo solucionamos en una gran sala con mucho público y hablando. No hay mucho que contar...
- ¡Mira qué hora es! Vamos a cenar.
- ¿Ya?
- Si, ya.
- Si cuando entré por el agujero todavía no había comido...
- A tí te a parecido que ha durado segundos, pero ha durado horas
- Aaahhh...
- Ahora tomate estos caramelos.
- Vale.
Y tras decir esto, me los tomé. Sentí como mi estómago se llenó y ya no tenía más hambre. Se fue del tirón a la cama.
Al día siguente, me despertó Croaldo porque no paraba de croar. Tenía hambre, ví en la mesita de noche los mismos caramelos que me tomé ayer, estaban muy ricos, así que no pude evitar comérmelos. Nos fuimos de paseo durante muco tiempo y me explicó muchas cosas. Finalmente me llevó a una pared, abrió un agujero rojo y me dijo:
-Lo que ha pasado aquí, no se lo cuentes a nadie. - Me abrazó y yo a él.
- Adiós. - Le dije sin ganas.
Él me miró con ojos de lástima y me lanzó por el agujero rojo.
Llegé a mi casa por la noche. Mis padres me invadieron de besos y abrazos. Despúes me quité todo el maquillaje, la peluca, el bigote y el traje, me duché y me fuí a la cama, pues al día siguiente era viernes y tenía colegio.
En el cole, tuve que hacer el examen que hicieron todos mis compañeros el jueves. Una parte era hacer un dictado y una redacción. En la historia hice lo que me pasó pero más
resumido. En este examen saqué... ¡Un 10! Salió todo perfecto. bueno, hata mañana, que me enrrollo mucho. ¡Adiós!
Fmd: