Había llegado el día uno del doce. Hacía día soleado. A pesar de que se acercaba el invierno, el sol resplandecía y bañaba con su luz radiante aquella tierra que tres de sus habitantes iban a abandonar en busca de un nuevo planeta. ¡Cuánta gente no logró conciliar el sueño durante la noche que precedió a ese día tan deseado!
No hay comentarios:
Publicar un comentario