jueves, 6 de junio de 2013

¡Abuelo!

Era una bella tarde con el cielo de color naranja.. Obserbaba a través del visillo y vestida únicamente con un albornóz, una manada de ciervos en un olivar plateado. Cuando un cadáver se elevaba de la tierra y asustó a los ciervos y a mi. Cerré las ventanas y la puerta de madera, pero fue inútil, pues el muerto atravesó la puerta como si nada. Me fijé muy bien en su rostro y exclamé:
 -¡Abuelo! ¿Pero qué haces aquí?
 -Es que ya llevo 10 años ahí enterrado... ¡Me aburro muchísimo ahí solo sin hacer nada.!
 -Anda...vete otra vez al agujero. Yo te llevo los tres mp3s tuyos cargados.
 -¡Vale! ¡Te espero en el agujero! Oye, una cosa, ¿que haré cuando me me acabe la batería de los tres?
 - Pues te vienes otra vez aquí. Pero sin romper la puerta...
 -Adiós
 -Adiós

Le llevé los tres mp3s y le enterré. A continuación, me fui a la cervecería y conté lo que me había pasado. Todos me dijeron que era una historia inverosímil. Pero bueno, será nuestro secreto, si es que me crees...

3 comentarios:

  1. No he leído nada tan interesante hecho a partir de varias palabras de un dictado. Felicidades Alba. Muchas gracias.

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  2. Ahhhhhh...¡¡¡Alba, qué miedo ¡¡ jajajaja. la verdad es que es una historia disparatada, pero muy bien contada. Cuando se le acabe la batería: capítulo II

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    1. Jajajajaja. Ya haré en el próximo dictado de palabras: Cuando se le acabe la batería (Capítulo II, ¡Abuelo!) ;)

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